
Los cristales han sido venerados durante siglos en diversas culturas por sus propiedades curativas y su significado espiritual.
Se cree que sus estructuras y frecuencias vibratorias únicas, interactúan con los campos energéticos del cuerpo, fomentando el bienestar físico y la armonía espiritual.
Las piedras han sido usadas durante siglos como una forma de curación de enfermedades mentales, y una manera de aprovechar la energía espiritual.
A medida que el mundo del bienestar ha ido avanzando, lo ha hecho el interés por esta técnica tan antigua. Hay muchos tipos diferentes de cristales, cada uno con una forma, composición y significado distinto. Algunos tienen una estética más tradicional o reconocible (como el cuarzo o la amatista), mientras que otros se parecen más a rocas al uso (como la selenita o el ojo de tigre). Cada uno es tan único y poderoso como el siguiente.
Historia de la sanacion con cristales
El uso de cristales con fines curativos se remonta a las civilizaciones antiguas, donde a menudo se integraban en prácticas médicas y rituales espirituales.
Los antiguos egipcios, por ejemplo, utilizaban cristales como el lapislázuli, la turquesa, la cornalina y el cuarzo transparente en joyas y amuletos, pues creían que proporcionaban protección y curación.
En la antigua Grecia, los cristales se utilizaban por sus supuestas propiedades terapéuticas. La propia palabra "cristal" deriva del griego "krystallos", que significa hielo, ya que se creía que el cuarzo transparente era hielo eterno enviado por los dioses. Los soldados griegos se frotaban hematites en el cuerpo antes de la batalla, creyendo que les hacía invencibles.

El Ayurveda, el sistema de medicina tradicional de la India, también utiliza cristales por sus propiedades curativas. Ayurveda, que significa "ciencia de la vida", considera la salud como un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. En el Ayurveda, los cristales se utilizan para equilibrar los doshas (energías corporales) y mejorar el flujo de prana (energía vital) a través de los chakras. Por ejemplo, el granate se utiliza para equilibrar el chakra raíz y proporcionar conexión a tierra, mientras que la amatista se emplea para calmar la mente y equilibrar el chakra coronario.
Curación con cristales
Los cristales se utilizan con frecuencia en las prácticas holísticas como apoyo a la salud física. Sus propiedades curativas no sólo tienen que ver con los beneficios físicos directos, sino también con la energía que aportan al proceso de curación. Al interactuar con los campos energéticos del cuerpo, los cristales pueden ayudar a restablecer el equilibrio y promover la curación natural. Este proceso puede ser polifacético e implicar niveles físicos, emocionales y energéticos.
Por ejemplo, la amatista es conocida por sus propiedades calmantes, que pueden reducir el estrés, un factor importante en muchas dolencias físicas. El estrés puede provocar diversos problemas de salud, como dolores de cabeza, hipertensión y debilitamiento del sistema inmunitario. Al favorecer la relajación y la calma, la amatista ayuda al cuerpo a entrar en un estado propicio para la curación. Este efecto calmante también puede ayudar a conciliar el sueño, permitiendo al cuerpo repararse y regenerarse más eficazmente.
En las prácticas holísticas, la colocación de los cristales sobre o alrededor del cuerpo también es importante. Por ejemplo, se cree que colocar cristales en zonas específicas del cuerpo, como los chakras, dirige su energía curativa a esas zonas. Esta práctica, conocida como sanación con cristales o cristaloterapia, puede ayudar a desbloquear las vías energéticas y restablecer el flujo de energía vital por todo el cuerpo.
Por ejemplo, el cuarzo rosa es conocido como la piedra del amor incondicional y se utiliza a menudo para curar heridas emocionales y fomentar el amor propio y la compasión. Resulta especialmente beneficioso para quienes sufren un duelo o un trauma emocional, ya que ayuda a abrir el corazón y fomenta el perdón.
La amatista es otro cristal popular para la curación espiritual, conocido por su capacidad para calmar la mente y aumentar la conciencia espiritual. Se utiliza a menudo durante la meditación para promover una sensación de tranquilidad y conexión con la conciencia superior.
El equilibrio de los chakras es otro aspecto importante de la curación espiritual con cristales. Diferentes cristales están asociados con los chakras del cuerpo, o centros de energía, y se cree que ayudan a equilibrar y alinear estas áreas. Por ejemplo, el lapislázuli se utiliza en el chakra de la garganta para mejorar la comunicación y la autoexpresión, mientras que el citrino se emplea en el chakra del plexo solar para aumentar la confianza y el poder personal. La turmalina negra se utiliza a menudo para la conexión a tierra y la protección, ya que ayuda a crear un escudo alrededor del aura y mantiene a raya las energías negativas.

La decisión de qué piedra incorporar a tu vida depende de lo que estés buscando
Cómo limpiar las piedras espirituales
Aunque al principio todo parezca cosa de brujería, limpiar y cargar tus cristales es esencial para que puedas aprovechar todo su potencial y habilidades. "Todas las piedras deben limpiarse de posibles energías negativas que de otro modo incidirán en nuestro bienestar", existen varios métodos para limpiar tus piedras espirituales:
- Sumergiendo el cristal en un bol con agua salada. Es el más común.
- Frotando la piedra nueva con hola de salvia o ahumarlo con el humo de salvia.
- Pasando la piedra sobre el humo de un incienso natural o la llama de una vela.
- Dejando los cristales en el exterior bajo una Luna llena durante 24 horas.
Recuerda que debes hacerlo de manera habitual, especialmente si están en constante uso o si son piedras o cristales con energías positivas o que filtran las malas energías. Por ejemplo, el cuarzo ahumado puede quedarse con esas malas ‘vibes’ que has dejado ir, razón por la que hacer este ritual es tan importante.
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